Sentir el regreso

Volver es como cortar una realidad placentera para meterte en la muerte lenta de todos los días. La muerte de un aspecto de la vida que vamos perdiendo a medida que aumentan las tan renombradas responsabilidades, de las cuales, aparentemente no se puede escapar sin ser crucificado por todo el mundo. Yo digo: a la mierda con las responsabilidades.
Lamentablemente del dicho al hecho hay un largo trecho. El día que podamos escapar para siempre de ellas es el día que no estemos más en este mundo. ¿Quién sabe si del otro lado no nos esperan más responsabilidades? Nadie puede saberlo, pero yo creo que no porque nadie volvió del otro lado. Lo que nos indica que de ese lado se está mejor. El tema es que no se puede estar seguro. Mejor malo conocido que bueno por conocer.