23 diciembre 2006

Cosas de sábado por la noche

En la esquina del terreno baldío y en cuclillas esperaba. Miraba a la pálida luna y le confesaba el más oscuro de sus secretos. Trataba de despojarse de ese peso que cargaba hacia ya seis años, finalmente pudo aflojar las correas y dejó caer al pequeño niño africano que llevaba en la espalda. Lo apoyó al lado del charco de lágrimas agridulces que daba cobijo a los renacuajos primaverales. Lo apoyó como un pollo ampollado en su nido de paja. El niño lo acosaba con la mirada, con aquellas órbitas de blanco marfil que contrastaba con el cuasi azul de su piel, solo adjudicable a su parentesco con Papá Pitufo. Su cuerpo se hundió en el barro y desapareció de la faz de la tierra para siempre

3 comentarios:

Socram dijo...

Este fue compuesto entre 4 personas. Descubran quien es quien...
Breton, Slaves y Pil*

Anónimo dijo...

Un cadaver exquisito.

Anónimo dijo...

Bueno, todos sabemos que estas de vuelta.
Escribite algo vieja.