25 noviembre 2005

Nimiedades II

Sobre las historias de Nimio la que más nos viene a la mente, la más renombrada es la del episodio con el verdulero.
Era un día de verano, pesado, con un sol resquebrajante en el que los pájaros morían en el aire y se desplomaban sobre el ardiente asfalto. En su afán por subsistir, haciendo un esfuerzo sobrehumano, llegó hasta la verdulería. Había que comprar un par de tomates y quizá lechuga. Pero a esta última había que lavarla y era mucho más de lo que nuestro antihéroe podía hacer.
Ni bien se apareció en la puerta con sus harapos y su barba piojosa, bajo la mirada sospechosa de varios de la clientela, el verdulero aparentemente lo confundió con un mendigo, se armó con la escoba y lo echó a palazos. Confundido, rechazado y malherido, Nimio se refugió detrás del cartel de la parada del 60.
Recuperada su compostura, al salir de su asombro se reincorporó con aires de héroe mitológico presto para derrotar a sus enemigos. Su sed de reivindicarse era atroz, la ira lo dominaba, la bravura y el coraje lo poseyeron. En ese rapto de locura, levantó una piedra, se dio un golpe en la cabeza con ella y con un chorro de sangre corriendo por su frente, avanzando por su nariz y llegando hasta perderse en la barba fue corriendo al bufete de su abogado.
Un mes más tarde, con un par de mentiras de por medio, el verdulero estaba pagando una indemnización por daños y perjuicios en contra de Nimio.
Así es cómo logró superar su situación de stress y salir airoso del enfrentamiento con el enemigo, y tener plata para pagar el envío de las verduras por encargo desde el COTO.

Nadie se mete con Nimio.

2 comentarios:

breton dijo...

malditos pajaros que no se quedan a la sombra.
nimio no es tan zonzo como parece.
vos tampoco, zonzo.
seguí con las nimiedades que tienen onda.

Mateo dijo...

Nimo me recuerda un poco a El Dude Lebowski. Solo que le Dude no tiene ni conoce abogados. Muy bueno.